miércoles, 14 de enero de 2009

La filosofía y su relación con la educación

La filosofía es la tentativa persistente del intelecto humano de comprender y describir el mundo en que vivimos y del que formamos parte. Es el esfuerzo de resolver problemas fundamentales, de obtener una visión amplia del universo y de encontrar respuesta a preguntas sobre el origen, la naturaleza y el destino de la materia, la energía, la vida, la mente, el bien y el mal.

Cada sistema educativo debiera ser fundado, administrado y justificado de acuerdo con una sólida filosofía de la educación. Se entiende por una filosofía de la educación, una actitud característica hacia la educación y sus problemas, con una referencia especial a los propósitos y objetivos a lograrse y los métodos por los cuales se han de alcanzar. Requiere un concepto claro del origen del hombre, su naturaleza y su destino.

La manera en que se prepare el programa de la escuela y la forma en que la misma esté funcionando, serán determinados por la filosofía de la educación. Los tipos de escuelas a ser establecidos, su ubicación, la clase de maestros, el programa de estudios y los libros de texto a emplearse, las actividades espirituales, el programa industrial, la vida social y la recreación, el programa diario, el aspecto financiero y hasta el funcionamiento de la biblioteca, son determinados por un concepto de la filosofía de la educación.

La filosofía surge cuando el hombre empieza a buscar una explicación de sí mismo y del medio que lo rodea sobre la base de su razón y sus sentidos. Filosofía etimológicamente significa “amor a la sabiduría”, esto se puede interpretar de tres formas:

- Como un estudio que guía al individuo sobre su conducta general.
- Como una visión de la vida coherente y ordenada que percibe el hombre con relación a los fenómenos con los que interrelaciona.
- Como un conjunto de principios conductores y reguladores de la conducta humana y los valores especializados en los diversos campos del conocimiento.

La filosofía por su propia naturaleza aborda y problematiza un conjunto de realidades; y al interior de ese conjunto de realidades se encuentra y se ubica el campo educativo, donde tiene su espacio y su tratamiento específico.

Todo acto humano, por su propia naturaleza conlleva una cierta dirección, un contenido, una intencionalidad, es decir, conlleva una finalidad; por lo tanto, nos lleva hacia un fin determinado. Las acciones humanas tienen una carga específica; y en materia educativa esto es determinante en su quehacer cotidiano.

La reflexión filosófica sobre la educación demanda aportes y planteamientos. Constituye un puente que permite establecer la relación que mantienen los hombres con el mundo, desde su propia historia. La filosofía de la educación vista de esta forma nos permite establecer, no sólo un compromiso teórico más explícito con este campo, sino también un compromiso concreto, dominio, más efectivo; y así poder visualizar un rumbo, un camino, una serie de objetivos, o si se quiere llegar a una determinada propuesta que se asiente en un cuerpo de principios y fundamentos que se puedan expresa como un todo.

Una filosofía educativa que sólo reflexione sobre el proceso pedagógico sin más, se quedaría a mitad de camino ante las exigencias que demanda nuestra compleja realidad. La filosofía no puede vivir enclaustrada en sus espacios y determinaciones de orden teórico-metodológico: debe impulsar la reflexión con rigor y método sobre qué se entiende por educación o para qué educar.

Filosofía y Educación.
El fin de la educación tiende a otorgar al hombre condiciones mejores de vida y de autorrealización, lo que se puede contextualizar bajo el concepto cié vida buena. En este sentido, las disciplinas filosóficas que se vinculan más directamente con la educación son la metafísica, la epistemología, la gnoseología, la lógica, la ética y la antropología filosófica.
A través de la metafísica, el filósofo de la educación se interroga acerca de la naturaleza de la realidad educativa, del ser de la educación, de los elementos y niveles en que la educación se constituye, como entidad, como una realidad en sí misma. A través de la epistemología y gnoseología, el filósofo busca respuestas acerca de la naturaleza y alcance del conocimiento y cómo éste se vincula con la ciencia, con la religión, con las artes, con las técnicas; en último término, con la cultura. Por medio de la ética, el filósofo se pregunta acerca de la naturaleza de la bondad y de cómo ésta se expresa a través de virtudes y valores que pueden configurar en el hombre una conciencia, un juicio y una conducta moral. Siguiendo el razonamiento de la antropología filosófica, el filósofo se interroga acerca cíe la posición del hombre en el mundo y vincula la naturaleza humana con esta particular realidad que es la educación. De esta manera, la filosofía colabora profundamente en la tarea educativa, porque ayuda a configurar entitativamente la educación y porque contribuye a crear, en torno al hecho educativo, una constante búsqueda de principios y causas.
La Filosofía de la Educación es Filosofía Aplicada.

La filosofía educacional es la filosofía aplicada a la educación como un área específica de las labores humanas. Involucra traer aquellas reflexiones críticas que caracterizan a la filosofía en general para influenciar y dirigir el repertorio de experiencias y posesiones que pueden denominadas educación. La filosofía de la educación no existe en un vacío, sino dentro de un contexto particular social e histórico. Aunque el objeto de la filosofía es universal y su intromisión abarca todas las dimensiones de la vida humana, cuando se habla de Filosofía de la Educación se designa una especie de filosofía aplicada. En este caso, la filosofía trata de aislar e), fenómeno educativo y sus conexiones fundamentales interrogándose acerca de ellas: el hombre, la vida, la educabilidad humana, la pedagogía, la escuela, el mundo, entre otros.

Habitualmente, esta filosofía no se preocupa de temas tales como la dislexia, la tecnología educativa o los programas educacionales, En cambio, sí se preocupa de las virtudes y valores que deben acompañar el hecho educativo, de la importancia de la educación para la existencia humana, de la trascendencia que genera la educación y otras materias de esta naturaleza.

Otra forma de aplicar la filosofía a la educación es discutiendo críticamente las teorías educativas y aquellas materias que se refieren a los principios de la educación, a la concepción que tiene del hombre una determinada escuela educativa y a la forma de vincular los contenidos educativos con el desarrollo de la vida y la ubicación del hombre en el mundo.

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